domingo, 4 de mayo de 2008

Proteínas, esas desconocidas que nos dan la vida















Debido a que no morimos, se piensa que la absorción de alimentos es un hecho.

Lo cierto es que apenas aprovechamos una mínima parte de lo que comemos aún suponiendo que se trate de alimentos de gran calidad.

Lo ilustraré.

Oigo a menudo a diversos profesionales recomendar los benéficos de un plato: “este es un plato saludable porque tiene hierro de la carne, hidratos de carbono del arroz y proteínas del huevo, además vitamina E porque tiene aceite.

Y no es una de las descripciones más peregrinas !

Por lo visto pocos investigadores y científicos se proponen estudiar de manera seria que ocurre con lo que comemos ni sobre la calidad del alimento ni sobre su efecto sobre el organismo.

Lo cierto es que las proteínas animales son minoritarias en la subsistencia de la vida de las personas a lo largo de la historia de los hombres sobre la tierra.

No somos prioritariamente carnívoros! Y cuando esto sucede –comer proteína animal a diario- la salud se resiente a corto o medio plazo y se deteriora fatalmente a largo plazo.

Leo gran cantidad de artículos en los que se hace alusión a las proteínas y por lo general se hace referencia solo a las animales.

Acabo de consultar algunas de la webs i blogs más visitados y veo que citan como proteínas vegetales, el tofu, los derivados de la soja, las algas, tempeh, miso, levadura de cerveza, seitán y de manera añadida las legumbres.

Debo recordar que la humanidad, aún hoy en día, vive prioritariamente de legumbres y cereales, que además de ser los alimentos tradicionalmente mediterráneos, son la fuente de proteínas vegetales las que han sustentado a nuestros antepasados para que hoy estemos aquí.

Las ventajas de las proteínas vegetales, son innumerables.

En un pasado no muy lejano sin posibilidades higiénicas avanzadas ni manera de refrigerar las carnes y pescados, una gastroenteritis suponía un altísimo riesgo de muerte.

Además, hay que tener en cuenta que la gran mayoría de enfermedades degenerativas, que hoy suponen un 80%, se dan cuando el organismo observa un pH ácido.

Esto solo ocurre cuando se vive esencialmente de proteína animal.

Otra enorme ventaja que ofrece la proteína vegetal –legumbres y cereales- es que siempre van en paquete, es decir van acompañadas dentro de su envoltura de vitaminas y minerales y no contienen purinas –subproducto tóxico resultado de la metabolización de las proteínas animales-

Además contienen fibra que cumplen con la labor de higienizar los intestinos.
En el caso de mala combinación con alimentos incompatibles –las proteinas vegetales fermentan.

En cambio las proteínas animales mal combinadas – sin digerir correctamente- se pudren en el intestino dando lugar al inicio de patologías degenerativas y envejecimiento prematuro.

Las legumbres y los cereales a pesar de ser proteínas no contienen grasas ni purinas y por tanto, no solo no inciden en el colesterol, sino que lo alivian si se padece.

Por esas mismas razones, el hígado y los riñones tienen mucho menos trabajo y mucho más tiempo para hacerlo, ya que las proteínas vegetales son de lenta absorción y se van metabolizando a medida que el organismo lo necesita.

Todo esto hace que las proteínas vegetales sean fáciles de digerir, además de conseguir una digestión y metabolización limpia y progresiva.

Por último debemos saber que un kilo de la mejor carne siempre es más caro que un kilo de las mejores legumbres o cereales.

Además un kilo de legumbre o cereal se convierte, una vez convenientemente hervidas, guisadas o estofadas en 3 kilos de alimento altamente proteico.

Un dato más: Para conseguir un kilo de carne un animal consume decenas de kilos de cereal o legumbre, lo que solemos llamar grano y que ocupan cientos de miles de hectáreas de cultivo de cereal o legumbre de segunda calidad que podrían dedicarse a trigos panificables de alta calidad ecológicos o legumbres autóctonas.

Un lujo que se paga caro en recursos del planeta y en salud de los consumidores habituales que tan solo representan un 3 % del planeta.

Datos culinarios.

Las legumbres son:
o Alubias,
o Guisante
o Lentejas
o Garbanzos
o Habas
o Altramuces…

De todas estas especies hay gran variedad adaptadas a cada comarca.

Las cereales son:
o Arroces
o Avena
o Mijo
o Quínoa
o Cebada
o Maíz
o Trigo
o Cuscus
o Bulgur
o Centeno

La mejor calidad es la que exhibe el aval de agricultura ecológica de cada comunidad.

Se pueden encontrar en todos los comercios de dietética y alimentación naturista.

La manera de cocinarlos es simple. Por lo general, el tiempo de cocción se exhibe en el paquete.
Las legumbres suelen combinar con el arroz. El mejor arroz para ello es el arroz integral.

Todas las legumbres y cereales son incompatibles con los alimentos animales.

Eso quiere decir que las carnes no combinan con arroces, alubias garbanzos…

Platos famosos como la paella, el cocido de garbanzos, los guisos de conejo o pollo con arroz, los garbanzos con bacalao… son platos festivos de consumo esporádico y que aunque son dietéticamente indigestos, aportan felicidad ya que tradicionalmente se han consumido en presencia de personas queridas y en ocasiones especiales.

Eso no quiere decir que una ocasión especial sea cada día y que por eso tomemos una lentejas con chorizo y luego un bistec con patatas.

Las legumbres y cereales son altamente proteicos y por tanto una comida completa.

Las legumbres o cereales pueden acompañarse con una chanfaina o sofrito al gusto o preparase directamente con hortalizas – cebollas, ajo, alcachofas, apio, tomates, calabaza, nabo, calabacín, puerros, y especias mediterráneas: Laurel, perejil, orégano, pimentón, pimienta, salvia, romero, tomillo…

Los platos para acompañar deben ser ensaladas y sopas.

Como las carnes, las legumbres y cereales no combinan con la leche ni el azúcar, por lo que se debe tener en cuenta que todo postre es incorrecto y debe ser entendido como una merienda, es decir, guardaremos el postre para después de 2-3 horas después de la comida.
El postre se puede sustituir por una infusión sin azúcar.

Todo el grano debe ser lavado previamente a su utilización o remojo.

Las legumbres deben remojarse después de lavadas. Los garbanzos tienen la peculiaridad de remojarse con agua muy caliente.

Todo el grano puede hervirse sobre un sofrito ya acabado al que se añade el cereal o legumbre y posteriormente el agua o caldo vegetal.

Una vez apenas iniciado el chup chup –que indica que nos acercamos a los 90º- debemos tapar con buena tapa y cambiar la olla al fuego más pequeño sin destapar jamás durante el tiempo de cocción de cada grano.

Este sencillo sitema es el que se ha empleado en nuestra cultura medietarránea durante siglos. Y aún hoy se emplea en muchos lugares que he visitado y otros de los que tengo noticia.

La cazuela ideal para hacer una olla mediterránea es de hierro colado. La tapa de esas ollas tienen un peso justo para que dentro exista una cierta presión que nos asegura que sin llegar nunca a los 90º -temperatura de esterilización- el grano cuece de manera que piensa que está germinando desde el lavado y remojado hasta el cocido lento.

Este procedimiento respetuoso y sencillo ha sido el artífice de la salud de nuestros antepasados, tan elaborado como simple, es poesía a la vida.

Nada hay tan reconfortante como ver la cara de las personas que visitan mi casa y huelen desde la entrada la fragancia eterna de mi olla al calor de un leve fuego de gas.

Con este artículo invito a médicos, nutricionistas, biólogos y demás profesionales de la nutrición humana, además, claro de los mas de 5000 alumnos que han pasado por mi aula, que hagan lo posible por rescatar la salud del fondo de las cazuelas de hierro olvidadas detrás de toda esta modernidad autodestructiva.

miércoles, 9 de enero de 2008

¿QUÉ ES UNA DIETA?


Hace tiempo que siento la necesidad de poner e orden todo lo que he aprendido en los últimos 15 años de docencia.


Son ya casi dos millares de alumnos a mis espaldas, con la satisfacción de llamadas y correos ya casi regulares, que me consultan, agradecen o muestran aprecio por los conocimientos adquiridos en mis clases.


Siempre en torno a la cultura mediterránea en estos años he ido haciendo incursiones en otras disciplinas culinarias y sistemas que aunque fuera de cualquier cultura o tradición han prometido la mejora de la salud.


Mis conclusiones son simples: lo que es bueno sirve para todos. La base de mi investigación - que hace esos quince años que empezó y que sospecho que no va acabar nunca -, es otra norma simple impuesta por la naturaleza que nos rodea: “las personas deben alimentarse, siempre que sea posible, de aquello que es tradicional allí donde habitan, de lo que brinda cada temporada y de cultivo mediterráneo, es decir limpio de aditivos innecesarios”
Claro que eso no siempre es posible; antes debemos descubrir esas tradiciones, ya que en los últimos años se han perdido de manera preocupante las costumbres que se remontan a veces a cientos de años.
Hoy que podemos disponer de cualquier tipo de alimento en cualquier momento del año, se dan por ello dos grandes fenómenos que nunca antes se habían dado a gran escala. Uno. Se ha perdido la noción de cuales son los alimentos propios de cada temporada. Dos. Que la salud se ha convertido en una decisión personal.
La escasa calidad de los productos más básicos y la gran abundancia de alimentos, que por innecesarios son prescindibles aunque representan los de mayor consumo, han conseguido que las personas se enfrenten a una inmensa confusión ante la que es muy complicado saber que los que es lo conveniente y que lo prescindible.
Ante la duda la comodidad y los sabores simples –dulce y salado- triunfan, sin que nadie pregunte ni se preocupe por el contenido, procedencia o composición. Ante semejante panorama he decidido empezar a través de estos artículos, la creación de un manual simple para facilitar la decisión a quienes, como yo, quieran preservar su salud y la de sus hijos.
CAPITULO 1 ¿Qué son las dietas? Todas las personas necesitamos alimento para subsistir. Es algo tan básico que se da por entendido aunque nadie nos haya aleccionado al respecto. Alimentarse –suele decirse- es comer de manera sana. Seguimos sin saber que es comer de manera sana.
Otras descripciones de comer para preservar la salud so: Una dieta equilibrada Comer un poco de todo Un dieta mediterránea Comer organizadamente Hacer dieta de vez en cuando Podría enumerar algunas otras.
Lo cierto es que ninguna de esas descripciones da una pista certera de cómo comer bien. Empecemos por la descripción de la palabra DIETA. DIETA. La dieta es una manera de comer durante un periodo corto para solventar una situación puntual.
Es decir, como un dieta blanda durante una semana para dar tiempo a mi organismo a recuperarse. Nunca se puede seguir una dieta de manera continua. Las dietas milagrosas es cierto que no existen.
Las personas que las siguen lo saben, porque nunca funcionan. Es impensable que una dieta de un mes solucione algo que se ha gestado durante muchos años. He seguido algunas dietas que aunque no correctas si que consiguen resultados. Pero es debido a la constancia y a la ausencia de alimentos muy nocivos.
Una vez que se han conseguido algunos resultados visibles, suele pensarse que pueden restablecerse lo que se entiende por normalidad. O sea volver a las costumbres que generaron los problemas que nos llevaron a creer que es necesaria una dieta. Quiero ser muy claro con todo esto.
No existen dietas que solventen problemas y mucho menos de manera estable. Por tanto si eliminamos la palabra “dieta” como solución a los problemas de salud, nos queda un enorme vacío.
¿Qué hacemos para saber que hemos de comer?
Es prioritario entender nuestro sistema digestivo, del que hablaré con detenimiento más adelante, pero en principio se debe entender que las patologías que una persona padece, son debidas a una alimentación incorrecta, ya sea directa o indirectamente y en segundo orden a factores ambientales.
Si observamos un deterioro de nuestra salud, debemos evaluar tres parámetros indispensables. los hábitos alimenticios el entorno en el hogar el entorno laboral Evidentemente se necesita ayuda para realizar una observación objetiva de los posibles trastornos de salud en relación a nuestros hábitos cotidianos.
Una manera fácil, claro está, es leer este libro; un buen principio. –siempre digo que todas las cosas importantes de la vida empiezan con un libro en las manos – Lo interesante es descubrir la evidencia: si estamos enfermos o desequilibrados, está totalmente claro que algo de lo que hacemos de manera cotidiana, no funciona.
Y no hemos de conformarnos con buscar un solo problema, porque cuando existe una patología declarada, es porque ya existen un cúmulo de costumbres nocivas en nuestra vida. En cada capítulo, iré dando las nociones para desenmascarar cada una de las posibles actitudes y actividades diarias que generan problemas a nuestra salud.
En este preámbulo quiero hacer hincapié en que desde un principio deseché de mi vocabulario la palabra dieta en favor de lo que yo llamo “Reeducación Alimenticia” Es decir, una vez que descubrimos cuales son las causas de la mala salud, cambiar esos hábitos por otros que al menos no atenten contra nosotros.
Hay un ejemplo que me gusta repetir. Muchas personas me dicen que se sienten mucho mejor desde que han cambiado la leche de vaca por la de avena o soja. Y es que no se trata de que hayan mejorado por consumir leche de avena, de almendras o de soja, es simplemente porque han dejado de tomar leche. Si hubieran cambiado la leche por zumos, fruta o simplemente agua, se sentirían igual de bien.
Cambiar hábitos incorrectos por otros, no nocivos o beneficiosos, es Reeducarnos. Todo esto parece más simple de lo que realmente es, pero hay un factor del que todavía no he hablado y que es determinante: la contribución de la persona que desea mejorar su salud. Reeducarse significa hacerse cargo de uno mismo, reconocer lo que estamos haciendo mal e intentar solventarlo.
Se por experiencia que si no consigo generar un cambio en mis alumnos, no es posible que su salud mejore. Es una bonita frase: “para mejorar la salud es necesario el cambio”
CAMBIO = SALUD
Próxima entrega: ¿Cuál es el alimento que nos da la vida?

La fruita, com s'ha de consumir.



Cada vegada més em pregunteu sobre els canvis que s’han d’introduir a la dieta diària per millorar i estabilitzar la salut.

Inclús m’esteu consultant sobre els utensilis indispensables a la cuina.

Intentaré, setmana a setmana, anar desfilant el que la meva experiència m’ha ensenyat.

La fruita.

El primer que s’ha de saber sobre la fruita es que no necessita digestió.

Això vol dir que un cop ingerida passa de llarg per l’estómac en poc temps, uns 15- 20 minuts.

La segona cosa que s’ha de saber es que les fruites aporten gran quantitats de minerals, vitamines, fibra...

I la tercera cosa es que s’han de consumir fresques i de temporada. Ara tenim peres, pomes i taronges.

Hem de consum u minin de dos peces al dia i no hi màxim, el que es molt útil a l’ha de reeducar mals hàbits, ja que tenim un tipus d’aliment del que podem abusar.

Una pregunta que sempre em feu és QUAN S’HA DE MENJAR LA FRUITA ?

La resposta es simple:

1. entre àpats quan hi ha gana


2. en suc per trencar el dejú al llevar-se


3. mai desprès dels dinars perquè es troba amb l’estómac ple, no pot passar –recordeu que no necessita digestió- i fermenta fent que la digestió dels aliments no sigui optima. Passeu la fruita al berenar; el vostre cos i la vostra digestió us ho agrairà..


La natura es molt llesta i ens dona la fruita mes adient per la nostra salut a cada temporada. Però mireu que siguin de procedència ECOLÒGICA per que les fruites no ecològiques acostumen tenir tants tractaments químics que de vegades fan tot menys el que perseguim.

No dubteu en demanar-me informació sobre les fuites de cada temporada. Si més no la nostra comanda de la nostra associació de consumidors responsables us pot sevir com a guia dels productes de temporada.






lunes, 7 de enero de 2008

El Nadal i la cuina del dia a dia




Les receptes
antigues que ens han arribat fins avui, son receptes festives; ningú no es posava a escriure receptes de diari a un llibre que s’havia d’escriure a ma i d’un en un.

Es important que sabeu que el dia a dia dels mediterranis a traves de l’historia, es vegetarià. Olles de fesoles, de faves, de llenties...amb un os de porc salat i com a molt un tall de cansada per tota l’olla.

Aquestes olles, es condimentaven amb herbes fresques o seques – llorer, romaní, farigola, sàlvia...- i vegetals –all, naps, cols, pastanagues, coliflors, carbassa, pebrots, carxofes...-

Aquest vegetals es feien directament a l’olla o prèviament sofregits amb cebes i alls.

Altres condiments com el safrà, el pimentón, el pebre... acabaven d’amanir un miracle que fa que l’organisme funcioni com un rellotge.

Les carns barrejades amb llegums, arròs o cereals son difícils de pair i el rendiment nutricional resultar ser molt petit.

Els vegetals amb les llegums o cereals, son altament rendibles en quant a nutrició i donen escassos subproductes.

La verdures combinades amb carns o peixos s’han d’entendre com aliments festius, ja que es tracta d’aliments que amb llegums o cereals son de difícil digestió i per tant, de poc rendiment nutricional.

La conclusió es simple. Per mantenir un cos saludable heu d’aconseguir fer 1 àpat festiu per cada 5 de nutritius.

Ara fa ja més de 10 anys que investigo sobre aquest tema, de manera que si teniu curiositat o necessitat de saber-ne més no dubteu en preguntar-me. Us contestaré el que estigui en la meva ma.

La Alta Cocina y La Desnutrición.


Sigo viendo cara de sorpresa cada vez que hablo en público de la “DESNUTRICIÓN EN EL PRIMER MUNDO”.

Todos me preguntáis que a que me refiero. Siempre respondo lo mismo. La Desnutrición del primer mundo es la manera de comer que rompe nuestra salud.

Una persona obesa es una persona desnutrida. Una persona extremadamente delgada también. Una persona que atesora patologías degenerativas es una persona desnutrida.

Son organismos que a fuerza de no recibir nutrientes adecuados han enfermado.

Está claro que para solucionar los problemas del hambre en el mundo, debemos aprender a cuidar la salud de quien se supone que debe solucionar esos problemas: NOSOTROS MISMOS

¿Qué tiene que ver la alta cocina con todo esto?:

La alta cocina es simplemente la formula uno de la alimentación. No se trata de una cocina que vele por la salud. Más bien al contrario, es una cocina que infringe todas las normas dietéticas posibles.

Pero la cocina de los grandes cocineros, nos está haciendo entrar en una nueva dimensión de la alimentación en el primer mundo.

En pocos años estos conocimientos serán empleados para solucionar los problemas del hambre y la desnutrición en el planeta.

La alta cocina nos muestra una sola cara de lo que ha sido nuestra cultura.

Se trata de la cara festiva y lúdica. La manera de matar los miedos y temores propios de la vida sucumbiendo directamente en el enorme placer de comer y beber; dos placeres por los que nadie nos reprocha que paguemos.

Además se trata de una manera de alimentarse muy esporádica. Ya sea por el precio o por la escasez de establecimientos realmente emblemáticos y que no constituyen una mala imitación o un simple fraude.

Resumiendo lo anterior: no se puede vivir y conservar la salud comiendo de manera festiva o industrial.

Pero la otra cara de la moneda, quizás menos divertida y lúdica, pero más entrañable y fecunda, es la nutrición ancestral, sencilla y tradicional.

Gracias a estos grandes cocineros y la cocina industrial, estamos aplicando por primera vez alta tecnología a la alimentación.

Es ya habitual que las cocinas modernas, incluso de uso particular, cuenten con hornos de vapor, de convección, con abatidores de temperatura y envasadoras de vacío.

He tenido alumnos en prácticas en cocinas capaces de dar de comer en un solo servicio a 5.000 personas.

Hay un fino nexo de unión entre la degradación de un alimento y el respeto hacia el mismo.

La especulación afecta directamente a los alimentos y hace que la mejor oferta sea la que ofrece más bajo precio a la vez que mejor presencia sin que importe en absoluto la calidad nutricional ni la integridad natural del alimento.

Los procesos a los que se someten ya gran cantidad de alimentos son tantos y tan diversos, que la degradación de los nutrientes en muchos casos más que nula es nociva por inerte e indigesta.
La alta cocina, en cambio está defendiendo la materia prima de primera calidad y en las dos últimas décadas, cocineros famosos como Juan Mari Arzak y Carme Ruscalleda entre otros, dan gran importancia a lo que venimos defendiendo los cocineros tradicionales –y por tanto nada mediáticos- sobre el trato excelente de aquello que te da la vida a través de la salud.

El respeto en los procesos de producción y elaboración son determinantes para obtener unos resultados óptimos.

Otra faceta de la Alta Cocina es la formación indirecta. Los amantes de la buena mesa, acaban aprendiendo que Pedroñeras es tierra de Ajos, que en Hueva y Salamanca se hacen grandes jamones, que en Extremadura hay una comarca, la del Casar en la que se hace un queso apreciado mundialmente…

La excelencia de los alimentos que se hacen desde tiempos inmemorables es indiscutible por eso, porque siempre fue así. Son generaciones y tradiciones que han llegado hasta nosotros desde milenios a hoy.

Parece que la Alta Cocina ha descubierto lo que siempre estuvo ahí.

El fenómeno al que nos enfrentamos es la degradación

Y la solución es sin duda la protección. Debemos proteger las costumbres y potenciar las costumbres alimenticias propias a favor de nuestra salud apoyándonos en los productos propios y de la tierra.

Es algo que a lo una vez entendido, solo falta aplicar esa Alta Tecnología para alimentar primero a nuestros hijos de manera sana, y luego comunicarles que eso es posible en su toda su cuidad, localidad, región autonómica, país y el mundo entero.

Una sencilla fórmula:

Escuchar a la tierra, investigar las costumbres arraigadas a la zona aunque hayan desaparecido y aplicarlas mimando y respetando todo el proceso.
Evitar la superproducción y restringirla a la simple necesidad local, para dar ocasión a que cada localidad haga lo mismo.
Y claro. Emplear la tecnología de manera racional para que el esfuerzo sea razonable.

Por eso empieza educando a tu hijo para aprender tu y para que el tenga la capacidad de enseñar.